La Sartiglia

La Europa medieval de las cruzadas es la cuna de los torneos ecuestres caballerescos y de los juegos de entrenamiento militar a caballo. La Sartiglia de Oristano también, tal y como ha llegado a nuestros días, debe considerarse como un espectáculo público, organizado con objeto de entretener y divertir a los espectadores. 

El antiguo continente durante el siglo XVI demuestra una atención especial a las manifestaciones ecuestres y, en particular, a las carreras al anillo. Soberanos, virreyes, feudatarios y corporaciones de oficio ofrecían al público dichos espectáculos con ocasión de la toma de posesión del cargo de rey u obispo, nacimientos de herederos al trono o de fiestas especiales del calendario litúrgico, involucrando directamente a la clase nobiliaria y relegando al pueblo al rango de espectador. La histórica manifestación de Oristano se encuadra también en el ámbito más general de las carreras al anillo. 

Todavía hoy en Italia se cuentan numerosas competiciones de habilidad de los caballeros que, en algunos casos, prueban suerte intentando coger un anillo mediante una lanza, mientras en otras tipologías de tiros se empeñaron en dar en un blanco representado por una silueta o burato que reproduce al caballero adversario contra el que antiguamente se enfrentaba en duelo como en la quintana de Foligno o la carrera del Saracino de Arezzo.

Los documentos más antiguos concernientes a la historia de la Sartiglia de Oristano, guardados en el Archivo Histórico ciudadano, se refieren a la adquisición, por parte de la autoridad ciudadana de entonces en el taller de un maestro carpintero, de los estoques a utilizar en la carrera. Este detalle nos lleva a pensar que probablemente, en la edad española, la carrera fuera originariamente organizada por la propia institución municipal y fuera, sucesivamente, dejada en manos de los gremios, las asociaciones de oficio activas en la Ciudad Real a partir del siglo XVI que han perpetuado este ceremonial hasta la actualidad. 
Hoy se desconocen documentos que atestigüen la carrera en edad medieval. De todas formas, las frecuentes relaciones de los reyes de Oristano con los hacendados de la Italia de las Comunas de los siglos XIII y XIV, así como las largas estancias de nuestros jueces en las grandes ciudades de España en plena edad medieval, inducen a suponer que los soberanos del juzgado de Arbórea conocieran bien los tiros de ejercicio militar y que, tanto en la capital de Arbórea como en las grandes ciudades de Europa de entonces, nobles y caballeros se enfrentaban con espadas y lanzas en pruebas de habilidad y entrenamiento a caballo.


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