Su Componidori
El ceremonial de la Sartiglia gira en torno a la figura de su Componidori.
El dos de febrero de cada año, fiesta de la Candelaria, las máximas autoridades del gremio de los Campesinos y del Gremio de los Carpinteros nombran oficialmente a su Componidori. La entrega de un cirio bendecido indica la envestidura de los caballeros que tendrán la tarea de dirigir las carreras del último domingo y martes de carnaval, respectivamente.
El día de la carrera, la vestición de su Componidori representa la primera actuación oficial. La ceremonia más solemne de la Sartiglia tiene lugar en la sede elegida por el gremio: Al caballero seleccionado se le disfraza de Componidori. Con ayuda de las massaieddas, habilísimas chicas vestidas con el antiguo traje tradicional oristanés, y con la supervisión de una muchacha más experta, sa Masaya Manna, el caballero se disfraza con los antiguos trajes de su Componidori, celosamente guardados por el gremio.
Una vez puestos los pantalones de cuero, la cándida camisa y el coietto, una chaqueta también de cuero que se alarga en forma de mini falda hacia delante, recordando el típico traje para trabajar de los artesanos, se pone en la cara del caballero la misteriosa máscara.
Éste es uno de los momentos más emocionantes de todo el ceremonial de la Sartiglia: El hombre se transforma en Componidori. La colocación en su cabeza de un velo bordado y del sombrero en forma de cilindro completan la vestición de quien que ya no podrá tocar tierra hasta que no hayan terminado las carreras.
Su Componidori del gremio de los Campesinos es diferente del Componidori del Gremio de los Carpinteros. El primero lleva una máscara de color tierra, mientras el segundo tiene una clara de color cera. Además, en las mangas de la camisa de su Componidori del domingo se recogen los lazos rojos, mientras los lazos del Componidori del martes son rosa y azules y lleva en su coietto unas tachas de plata en forma de corazón, mientras el coietto del jefe de carrera de San Juan se ajusta al cuerpo del personaje por medio de unos lazos de cuero.
La figura de su Componidori es sublime. Una vez se haya terminado la vestición, deberá montar a caballo sin tocar el suelo. Efectivamente, un mozo de cuadra acompañará el caballo hasta sa mesita, la mesa donde se ha disfrazado al caballero: desde ese momento, su Componidori montará en su corcel elegantemente disfrazado. A partir de allí, su Componidori es la máxima autoridad a la que le compete la tarea de mandar la carrera y, después del complicado ceremonial de la vestición, representa el símbolo casi sagrado que con su andadura hierática y su continuo acto de bendecir con sa pippia de maiu, el doble ramo de violetas, ofrecerá su saludo al gremio, a los caballeros y a toda la ciudad.
Una vez llegados al recorrido de la carrera, tras haber abierto oficialmente la carrera con un triple cruce de espadas con su segundo, da inicio a la carrera o tiro a la estrella, probando suerte él primero. Desde ese momento, él y sólo él podrá decidir a quién entre los caballeros participantes se le reconocerá el honor de tener la espada, o sea probar suerte tirando a la estrella.
A la conclusión de las carreras, su Componidori podrá tirar a la estrella otra vez. Pero ahora con el estoque, la lanza de madera, que luego pasará también a sus dos ayudantes de campo.
La carrera a lo largo del recorrido de la catedral están cerradas por sa remada, la gran prueba de habilidad y coraje de su Componidori que encara el recorrido pasando a gran galope boca arriba sobre el caballo, mientras bendice a la muchedumbre con sa pippia de maiu.
Su Componidori conduce al cortejo en el traslado hacia la via Mazzini. Aquí su galopada compuesta y ordenada con sus ayudantes, da inicio a las exhibiciones que verán la participación de todos los grupos del cortejo.
Al final, otra vez él cerrará oficialmente las carreras con otra galopada, esta vez con sus compañeros de pareja, boca arriba sobre el caballo, mientras saluda y bendice al gentío con su cetro de violetas.
La manifestación ya terminada concluye con la ceremonia de desvestición del jefe de carrera. Acercándose con su caballo hasta sa mesita, aún cuidando a que no se incumpla con el tabú de la tierra, baja del caballo directamente a la mesa, donde tendrá lugar la desvestición.
Las massaieddas, quitando el sombrero en forma de cilindro y el velo, sueltan los lazos que han apretado, durante muchas horas, la misteriosa máscara. Quitando la máscara cesa su Componidori y la cara del hombre reaparece delante de las numerosas personas presentes que saludan y manifiestan aprobación por la hazaña del caballero.